Proyectos y desarrollos de vanguardia con impacto directo en el entorno urbano, el medio ambiente y la movilidad sostenible.
Proyectos y desarrollos de vanguardia con impacto directo en el entorno urbano, el medio ambiente y la movilidad sostenible.
Eficiencia y sostenibilidad. Esos son los dos adjetivos que más se escucha a los paladines de las smart cities, concepto en auge desde hace algunos años. En resumen, se trata de aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías y, en no menor medida, usar el ingenio para que las ciudades funcionen mejor y sean un lugar agradable donde vivir.
Con ese fin, los planificadores urbanos del siglo XXI ponen sobre todo sumo cuidado en minimizar el impacto medioambiental, como puedes ver en la ilustración de arriba. Se trata de una recreación de Kazan Smart City, un proyecto de nueva planta que estará situado a aproximadamente quince kilómetros de Kazán, capital de la república rusa de Tartaristán.
Verde que te quiero verde. Entre otros ecodetalles, esta metrópolis prevista para albergar casi 60.000 habitantes privilegiará las fuentes renovables de energía, las áreas peatonales y la conservación de la riqueza vegetal del entorno.
Otro punto clave que define la filosofía de las ciudades inteligentes es la continua interconexión de datos, recogidos por sensores y los propios dispositivos móviles de sus pobladores. Así, como un organismo vivo, los servicios municipales reaccionan ante las circunstancias cambiantes y son capaces de anticipar los atascos, los picos de contaminación e, incluso,
los crímenes. Como anuncia el laboratorio del MIT dedicado a este tema –SENSEable City Lab–, “la ciudad en tiempo real es posible”.
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